Cuál es la diferencia entre tarjeta de crédito y débito
La diferencia entre tarjeta de crédito y débito no siempre está clara entre los usuarios. Y fruto de ese desconocimiento se producen situaciones desagradables: penalizaciones y deudas generadas de manera inesperada. En este artículo vamos a definir qué es cada tarjeta y cuáles son sus ventajas y sus inconvenientes.
La tarjeta de crédito es un medio de pago virtual, es decir, que no se realiza con dinero físico en forma de billetes o monedas. Para usarla es necesario introducir un código secreto a la hora de realizar la operación. La tarjeta de débito es también un medio de pago virtual con código secreto, pero con importantes diferencias. Estas son las principales:
- Ambas tarjetas las proporciona un banco, pero la tarjeta de crédito cuenta con un saldo propio mientras que la de débito solo dispone del saldo que haya en la cuenta corriente asociada.
- La tarjeta de crédito, además de medio de pago, es un sistema de financiación. Es decir, el importe de cada compra no se paga al momento, sino a través de cuotas prefijadas y con una periodicidad acordada en el en el momento de realizar el contrato de la tarjeta. Por ejemplo, 50 euros el día 5 de cada mes. Por su parte, el importe de una compra con tarjeta de débito sí se carga inmediatamente al saldo de la cuenta corriente.
Ventajas de la tarjeta de crédito
Una de las ventajas de las tarjetas de crédito es que te ofrece dinero “siempre disponible”. Es decir, no hace falta contar con fondos en la cuenta corriente para poder comprar un producto o servicio, puesto que el importe no se carga en ese momento sino el día estipulado en el contrato.
La posibilidad de financiar los gastos es una ventaja en sí misma. Te da acceso a crédito, en condiciones muy flexibles, pues los plazos y las cantidades se pueden modificar de manera más sencilla que con respecto a créditos online inmediatos tradicionales.
Otra de las ventajas de las tarjetas de crédito es que normalmente llevan asociadas mayor protección: en el momento de realizar el contrato de uso de la tarjeta, la entidad bancaria puede incluir un seguro. La póliza de ese seguro puede cubrir conceptos muy variados, como el robo, el extravío o la rotura.
Por último, una ventaja valorada por muchos usuarios es la posibilidad de personalizar la tarjeta. Muchas son las entidades que ofrecen tarjetas con los colores y el escudo de un equipo de fútbol, de una escudería de automovilismo, de un comercio fetiche o de una ciudad de turismo. Y en esos casos, suelen proporcionar descuentos que tienen que ver con el tema de la tarjeta, que la mayoría de las veces es de crédito.
Ventajas de la tarjeta de débito
La tarjeta de débito permite un mayor control de las finanzas personales, puesto que cada operación se carga al momento y sobre los fondos existentes. Si en un momento dado se quiere realizar una compra y el terminal del establecimiento deniega la operación, querrá decir muy probablemente que en la cuenta asociada a la tarjeta ya no quedan fondos. Con la tarjeta de crédito eso no ocurre: aunque se puede fijar un tope de crédito, no siempre es fácil saber si se está gastando por encima de las posibilidades.
El precio es otra diferencia entre la tarjeta de crédito y la de débito, y supone una ventaja para esta última: las de débito son más baratas. Aunque también tienen un coste anual, normalmente es siempre menor que lo que supone el coste de la tarjeta de crédito más los intereses que esta genera. Las tarjetas de débito no generan intereses.
Los trámites para conseguir una tarjeta de débito son más sencillos, puesto que se puede solicitar siempre que se tenga una cuenta corriente abierta en ese banco. En cambio, para hacerse con una tarjeta de crédito a menudo hay que presentar nóminas o justificantes de ingresos estables, y en ocasiones están sujetas a estudios de viabilidad por parte de la entidad.
Inconvenientes de la tarjeta de crédito: una alternativa
Una desventaja importante para las tarjetas de crédito es que no siempre se aceptan como medio de pago. A veces, los comercios prefieren cargar el importe a través de una tarjeta de débito porque de esa manera saben de manera fidedigna si el cliente cuenta con fondos con los que hacer frente a la compra. En ocasiones puntuales, el cargo que se aplica a una tarjeta de crédito, al no ser instantáneo, podría toparse con problemas de cobro futuros. Por eso, algunos comercios prefieren “ir a lo seguro” con las de débito.
En el caso de no pagar a tiempo las cuotas acordadas o de superar el tope de saldo estipulado en la tarjeta de crédito, los bancos suelen aplicar una penalización mayor que cuando la cuenta corriente de una tarjeta de débito se queda al descubierto o en números rojos.
Por ello, muchas personas están optando ya por recurrir a los préstamos personales online. La ventaja es que en estos préstamos por Internet sí se sabe desde el principio qué cantidad se pide prestada y en qué plazo se ha de devolver, mientras que en la tarjeta de crédito a veces se pierde el control de las cantidades adeudadas o de las cuotas que quedan por pagar.