¿Por qué a los bancos no les gustan las microfinancieras?
Las organizaciones microfinancieras en España desempeñan un papel importante en el sistema crediticio, proporcionando préstamos a aquellos que no pueden obtener dinero de un banco tradicional. Sin embargo, a pesar de que ambas organizaciones prestan servicios financieros, su relación dista mucho de ser amistosa. Las grandes instituciones financieras a menudo perciben a las microfinancieras como competidores poco honestos e intentan limitar sus actividades. En este artículo analizaremos por qué a los bancos no les gustan las IMF, qué amenazas ven en sus actividades y cómo afecta esto al mercado financiero.
Luchar por los clientes
Una de las principales razones de la aversión de los bancos hacia las IMF es la competencia. A pesar de los elevados tipos de interés, las microfinancieras ofrecen a los prestatarios una serie de ventajas:
Tramitación rápida de préstamos sin burocracia.
Requisitos mínimos para el prestatario: no siempre se exigen ingresos estables o un historial crediticio perfecto.
Solicitudes en línea sin necesidad de acudir a la oficina y formas cómodas de obtener dinero.
Condiciones flexibles para pequeños préstamos.
Bonificaciones adicionales: descuentos, programas de fidelidad, promociones.
Los bancos, a diferencia de las IMF, imponen requisitos estrictos a los clientes, lo que los hace menos accesibles a determinadas categorías de prestatarios. Además, las sucursales de las microfinancieras pueden estar situadas en las zonas más remotas, lo que no ocurre con los grandes bancos. Todos estos factores se combinan para afectar al número de españoles que acuden directamente a un banco.
Pérdida de ingresos
Los bancos tradicionales obtienen la mayor parte de sus beneficios concediendo préstamos y cobrando intereses. Sin embargo, las microfinancieras interceptan a algunos clientes, especialmente en el segmento de los préstamos al consumo. Esto da lugar a:
Reducción del crédito en el sector bancario y, por tanto, de los beneficios.
Pérdida de ingresos potenciales por comisiones e intereses, lo que a veces acarrea graves problemas.
Reducir la influencia de los bancos en el mercado de préstamos a corto plazo, cada vez más ocupado por las IMF.
A los bancos les interesa monopolizar el mercado crediticio, y las IMF rompen este equilibrio. Numerosas pequeñas empresas operan de forma autónoma entre sí, por lo que sus ofertas pueden diferir drásticamente.
Diferencia de regulación
El sector financiero español se rige por leyes estrictas que siguen claramente las estructuras bancarias. Sin embargo, las IMF están sujetas a requisitos menos estrictos que los bancos, ya que operan en un entorno jurídico ligeramente diferente. Esto provoca el descontento de las grandes organizaciones financieras, ya que:
Los bancos están sujetos a estrictos requisitos de capital y reservas, mientras que las IMF operan con normas más simplificadas.
El sistema bancario está bajo el control del Banco Central español, y muchas empresas de microfinanciación están reguladas de forma menos estricta.
Las sanciones también difieren significativamente. Los bancos están sujetos a sanciones graves incluso por infracciones menores.
La diferencia de regulación da a las IMF una ventaja competitiva, ya que pueden responder más rápidamente a las peticiones de los clientes y ofrecer condiciones de préstamo flexibles. Sin embargo, también asumen más riesgos, que se cubren con tipos de interés más altos.
Riesgos para la reputación
Los bancos se preocupan por su reputación y evitan asociarse con préstamos de alto riesgo. Esto les disuade en gran medida de ser creativos, ya que el riesgo no es su prerrogativa. Las IMF, por su parte, suelen trabajar con clientes con ingresos inestables o baja calificación crediticia. Esto da lugar a:
Alta probabilidad de impagos: las altas tasas de impago arruinan a estas empresas.
Los prestatarios se quejan de los tipos de interés inflados y las comisiones ocultas, tras lo cual solicitan al banco un nuevo préstamo.
La aparición de una imagen negativa del mercado crediticio en su conjunto: tras las malas experiencias con las IMF, la gente también deja de confiar en los bancos.
Los bancos temen que el crecimiento de las IMF pueda minar la confianza en el sector financiero y aumentar las crisis de endeudamiento entre la población. En tal caso, los bancos también tendrán que sufrir pérdidas al quedar sus productos financieros sin reclamar.
Impacto en la estabilidad financiera
Los bancos creen que el crecimiento incontrolado de las IMF podría acarrear riesgos financieros. En España, todavía hay muchas personas con escasos conocimientos financieros. Son ellas las que tienen más probabilidades de caer en trampas de endeudamiento. El resultado:
El nivel de endeudamiento de la población va en aumento, lo que provoca el deterioro de su bienestar.
Un aumento de los impagos, que puede afectar a todo el sistema económico al perder los prestatarios su capacidad de pago.
Aumento de las tensiones sociales debido a los problemas de endeudamiento de los prestatarios, que automáticamente también se relacionan negativamente con los bancos.
Algunos expertos comparan la situación con la crisis hipotecaria, cuando los préstamos descontrolados provocaron un colapso económico.
Diferencias tecnológicas
Las IMF se adaptan más rápidamente a las nuevas tendencias y condiciones. Esto se debe a la gestión más operativa de una empresa pequeña. Los bancos son grandes organizaciones que no pueden adaptarse tan rápidamente a las nuevas condiciones. Por ello, son las organizaciones microfinancieras las primeras en ofrecer soluciones innovadoras:
aplicaciones de marca para teléfonos inteligentes que facilitan la gestión de las finanzas y la solicitud de préstamos;
introducción de inteligencia artificial y blockchain, que proporcionan un procesamiento instantáneo de las solicitudes y mejoran la seguridad de las transacciones;
transferencias de dinero rápidas, en algunos casos incluso trabajando con criptomoneda y otros tipos de fiat.
Esto presiona a los bancos, que tienen que invertir en digitalización para competir en el mercado.
Los bancos intentan luchar contra las IMF
Los bancos españoles no se quedan atrás y están tomando una serie de medidas para limitar la influencia de las organizaciones de microfinanciación. Algunas entidades están lanzando una línea propia de créditos rápidos. Se parecen a los microcréditos, pero con condiciones más transparentes. Al mismo tiempo, la presión sobre los reguladores no cesa. Los bancos presionan para que se impongan normas más estrictas a las microfinancieras.
A los bancos no les gustan las microfinancieras porque amenazan su monopolio en el mercado de préstamos. La competencia, las pérdidas de ingresos, las diferencias normativas y los riesgos para la reputación hacen que los bancos se opongan al crecimiento de las IMF.