¿Qué es el estado de flujo de efectivo?
El estado de flujo de efectivo es uno de los conceptos más importantes en lo que respecta a la contabilidad de una empresa y habitualmente también se le conoce con el término ‘estado de flujo de caja’ o por la palabra anglosajona cashflow. Entenderlo y tenerlo siempre bajo control será una de las claves para que cualquier negocio, por pequeño que sea, tenga realmente éxito en términos de beneficios y sostenibilidad. En este artículo vamos a explicar sus aspectos fundamentales, pues se trata de un concepto muy complejo, especialmente cuando se calcula en la contabilidad de grandes empresas.
De forma general, el flujo de efectivo o de caja corresponde al dinero existente en la tesorería de la empresa, al dinero disponible durante un periodo de tiempo para cualquier tipo de gasto. Tiene que ver directamente con la liquidez y es un indicador muy importante para conocer el estado real de salud de un negocio. Un pobre cashflow es sinónimo de empresa en apuros, aunque sus cuentas macroeconómicas cuadren.
Para entender la esencia del estado de flujo de efectivo o cashflow, debemos tener clara la siguiente fórmula:
Estado de flujo de efectivo = beneficios + amortizaciones + provisiones.
Es cierto que esta fórmula es muy básica porque no se tienen en cuenta otros factores que influyen en el estado de flujo de efectivos, como la regla del devengo y cálculos más exactos antes y después de impuestos. Pero en cualquier caso, sí puede ser una ecuación válida para la economía personal, para autónomos o pequeñas empresas.
El estado de flujo de efectivo y la financiación
Aunque no entraremos en mucho detalle debido a las limitaciones de espacio del artículo, se puede afirmar que el estado de flujo de efectivo tiene una estrecha relación con la financiación. De hecho, una de las clases de flujo de efectivo, que es una parte importante a la hora de determinar el cashflow global de la empresa, es el flujo de efectivo de las actividades de financiación (FEAF), que indica el efectivo disponible teniendo en cuenta los recursos económicos procedentes de préstamos, los pagos realizados a dichas entidades crediticias en concepto de amortización de crédito, los pagos a accionistas por reparto de dividendos, etc.
Esta relación entre el cashflow y la financiación es una demostración de que la financiación no solo tiene por qué ser un recurso puntual para las empresas, sino que debe ser un instrumento de uso habitual, siempre dentro de los límites que permita la contabilidad, pues ayuda a que el estado de flujo de efectivo se mantenga en valores que garanticen la sostenibilidad de la empresa.
La idea que debe quedar en la mente de todo empresario y profesional es que un correcto estado de flujo de efectivo es fundamental para poder cumplir los objetivos de gasto del negocio. De nada sirve que la contabilidad refleje unos resultados económicos muy positivos si no se tienen recursos para pagar las nóminas de los empleados, los servicios llevados a cabo por proveedores o los ingresos a la Seguridad Social o Hacienda, entre otros aspectos.
Soluciones a problemas en el flujo de efectivo
Si el estado de flujo de efectivo no es el más adecuado en un determinado momento y no se puede hacer frente a un pago, lo más importante es que no cunda el pánico. Con el debido control desde la contabilidad de la empresa y sobre la base de previsiones optimistas pero realistas, se puede recurrir a otras soluciones. Una de ellas es solicitar un microcrédito de Credy.es, cuyo importe no es excesivamente elevado (hasta 750€), lo cual no representa una operación financiera de gran calado y sí puede ser una buena herramienta para un determinado pago puntual (una factura de la luz, un gasto imprevisto relacionado con Hacienda, etc.).
Sin embargo, es muy importante realizar un análisis frío de la situación: ¿Por qué el cashflow de mi empresa no es el adecuado actualmente? ¿Se debe a un problema puntual, leve y totalmente subsanable en poco tiempo? ¿O bien es un problema estructural y estas lagunas de tesorería son la tónica general? Si se trata más bien de esto segundo, tu compañía tiene un problema: independientemente de que el negocio sea aparentemente rentable, lo cierto es que no es sostenible porque no es capaz de garantizar un estado de flujo de efectivo suficiente como para tener recursos para hacer frente a los pagos.
Por todo ello, te recomendamos que te rodees de buenos profesionales de la contabilidad, que no solo puedan realizar una auditoría de tus cuentas para identificar posibles errores, sino también lleven un control detallado de tus movimientos de caja, calculando con una fórmula ponderada tu estado de flujo de efectivo. Y recurre a la financiación, como líneas de crédito o minipréstamos online, siempre y cuando se ajusten a la capacidad económica de tu negocio.